El aparato respiratorio se adapta a los cambios que requiere el organismo. Durante una actividad física se necesita mayor intercamnio de gases, por lo que aumenta la frecuencia respiratoria
(número de inspiraciones y espiraciones)
Intercambio gaseoso en los alvéolos. El intercambio del óxigeno y dióxido de carbono entre la sangre y el aire de los pulmones se produce por difusión.
El dióxido de carbono, que procede del metabolismo celular, tiene una mayor concentración en la sangre y mediante difusión pasa de los capilares a los alvéolos pulmonares.
El intercambio de gases se facilita por el pequeño espesor de las membranas de los alveólos y del capila, unas 0,5 micras apróximadamente, y por su gran superficie de contacto entre la sangre y el aire.
La respiración se produce de manera inconsciente, involuntaria y rítmica. Es controlada por el centro respiratorio que se ubica en un órgano nervioso llamado bulbo raquídeo.
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